Imagina poder despertar en las mañanas y, antes mismo de tu desayuno, sentir una energía increíble, que te proporciona: confianza, claridad mental, equilibrio emocional y te hace más feliz.
Si alguien quisiera venderme algo, solo con ese enunciado seguro yo lo compraría; pero esto se pone aún mejor, porque todo lo mencionado tú mismo lo puedes generar, sin ayuda de nada externo.
Te habló de la Meditación Transcedental (TM); y hoy conocerás lo que verdaderamente pasa en tu cerebro, tras “bambalinas”, cuando la practicas, y por qué los beneficios mencionados son incuestionables.
Espero que termines tu lectura inspirado (a); seguramente no estarás solo, porque he aquí la lista de celebridades (incluyendo CEOs) que son declaradamente adeptos de la practica: Hugh Jackman, Ellen DeGeneres, Cameron Diaz, Gisele Bündchen, Jennifer Aniston, Kate Hudson, Gwyneth Paltrow, Oprah, Sheryl Crow, Paul McCartney, Clint Eastwood, Mick Jagger, Katy Perry, Tom Hanks, Jerry Seinfeld, Ray Dalio (Bridgewater), Jeff Weiner (Linkedin), Marc Benioff (SalesForce), Arianna Huffington (Thrive Global), etc.
“Transcendental Meditation helps successful people remain at a high level of functioning and think innovatively, as well increasing clarity, focus and resilience”
- Bob Roth
El poder ilimitado de tu cerebro.
Empecemos con datos curiosos: ¿Sabías que en nuestro cerebro hay más de cien mil millones de neuronas, y que cada una de estas puede establecer alrededor de 10,000 conexiones con otras? ¡Hay más de estas uniones en nuestro cerebro que galaxias en el Universo!
Pero no hay motivos para celebrar, ya que no permanecemos con ellas toda la vida; algunas se fortalecen y otras mueren. Aquí algunas notas interesantes del libro El Cerebro, de David Eagleman:
Al nacer, las neuronas de un bebé son dispares y están desconectadas; esta condición va cambiando, a medida que asimilan información sensorial. En el cerebro de un recién nacido, a cada segundo se forman hasta dos millones de nuevas conexiones neuronales, llegando a cien billones a la edad de dos años.
Esas son más sinapsis de las que quizás necesitará en toda su vida; nuestro cerebro lo sabe, y nos ayuda haciendo una “poda” neuronal. O sea, a medida que maduramos, un 50% de estas uniones intercelulares se eliminan, porque no las usamos ni necesitamos. El otro 50% se fortalece, dado que son las que empleamos y requerimos para adaptarnos a nuestro medio ambiente.
O sea, 50% de estas sinapsis se va… pero, puedes imaginar, qué sucedería si evitáramos que estas se anularan ¡Nuestra capacidad seria infinita!
La buena noticia es que nuestro cerebro está preparado para seguir generando neuronas y conexiones, hasta pasados los 80 años. Sin embargo, hacerlo exige algunos cuidados de nuestra parte; por ejemplo, ayudarlo en su capacidad de adaptación y desarrollo (lo que conocemos como neuroplasticidad).
Esta plasticidad cerebral es la capacidad que tiene el cerebro para recuperarse, reestructurarse y adaptarse a nuevas situaciones (lo que ya imaginarás que, en nuestro mundo de abrumadora cantidad de información y velocidad vertiginosa, es algo fundamental).
De hecho, al entrenar la plasticidad cerebral es posible que algunos trastornos neuronales mejoren o que se ralenticen los efectos de patologías como el Parkinson, el Alzheimer, la Esclerosis Múltiple o el TDAH.
El camino equivocado.
Lo más interesante es que cuando pensamos en plasticidad (nuevas conexiones), nuestra mente tiende a creer que lo que necesitamos es seguir estimulando nuestro cerebro con más información. Tal vez eso ocurra, porque mucho de lo publicado acerca del tema invita a que “entrenes la mente”.
Pero este, desafortunadamente, es solo parte del camino; ejercitar la mente es, sin duda, no quedar vegetando frente a una pantalla (por ello, leer y hacer actividades que te desafíen son importantes), pero entrenar también significa silenciarla. Las conexiones, de que tanto hablamos, necesitan “espacio” para realizar las sinapsis (de aquí que te despiertes más inteligente cada día, porque es en periodos de silencio - como cuando duermes - que tu cerebro hace las conexiones).
Por esta razón es que, si deseamos ser intencionales en el “entrenamiento del cerebro, para generar neuronas”, debemos cultivar periodos de silencio; y es ahí, dónde entran a jugar un importante papel los procesos meditativos. Lo más interesante es que cuando pensamos en plasticidad, nuevas conexiones, nuestra mente tiende a creer que lo que necesitamos es seguir estimulando nuestro cerebro con más información. Tal vez eso ocurra porque mucho de lo que publicado acerca del tema, invita a que “entrenes la mente”.
Una forma en la que puedo invitarte a pensar, es imaginar un globo de nieve (los que solemos sostener en navidad). Observa que cuando lo agitas, toda aquella “nieve” adentro se queda dispersa, va para todos lados; así son nuestros pensamientos del día a día. Sin embargo, cuando dejas de mover el globo, no tienes que hacer ningún esfuerzo adicional para decidir dónde cada copo de nieve debe pararse. Ellos por sí solos, se acomodan. Así pasa con nuestra mente; cuando dejamos de tenerla agitada con tantos pensamientos e información, las ideas van organizándose por sí solas y, de la nada, te sientes más inteligente, creativo y conectado.
El camino correcto.
Si el camino es silenciar la mente y producir calma interna, cualquier proceso meditativo es positivo; para saber por cuál optar, hay que estudiar un poco sus efectos (o sea, el patrón de ondas que son activadas). Un estudio, publicado en el Journal Consciousness and Cognition, identificó las siguientes distinciones:
Yo, como comenté en ediciones anteriores, he probado muchos estilos de meditación, y lo que puedo decir es que los dos primeros estilos son lo que llamamos contemplativos, mientras la TM no exige concentración, control, monitoreo de pensamientos o del número de respiraciones, ni siquiera intentar poner la mente en blanco.
Es todo muy natural y sin esfuerzo; por esta razón, considero que, de todas, la TM es la practica más sencilla.
Qué pasa realmente en el cerebro.
Es increíble escuchar qué TM permite acceder a la Conciencia Pura (o nuestro campo de inteligencia interior). Lo que podría parecer algo místico o de principios religiosos, en realidad tiene una explicación muy práctica: donde te enfocas, tiende a crecer. O sea, cuando se deja de intentar controlar la respiración, el ambiente o los pensamientos, es como “permitirse ir a lo más profundo”; en este espacio, aunque quieras, no estás poniendo atención intencional a nada y, al no hacerlo, la mente te lleva a conectar con la sabiduría interna y desbloquearla.
Pero eso es solo el principio…
Se ha descubierto, a través de estudios de electroencefalograma, que durante la práctica de la TM se pone en funcionamiento las conexiones neuronales en todo el encéfalo. Es lo único que prácticamente “enciende todo el cerebro”, haciéndolo funcionar de forma más integrada y coherente.
La coherencia es lo que activa las ondas Alpha (que son lentas, como de un descanso y restauración del cuerpo) y, ayudan a traer calma interna, retener aprendizajes y activar creatividad. Es como un puente del mundo exterior al interior (y viceversa).
En ese estado, también se activan una serie de hormonas asociadas a la felicidad (como endorfinas y serotonina). O sea, estamos re-creando el cerebro con la práctica de TM y elevando nueva salud, felicidad e inteligencia interna.
Aquí tienes un video corto, dónde puedes apreciar un scan (EEG) y lo que pasa con el cerebro sin TM o acompañado de ella. Al principio es como si todo funcionara de forma aislada; yendo cada uno de los lados (derecho e izquierdo) de tu corteza prefrontal (cerebro ejecutivo) a su propio ritmo; pero cuando practicas TM este órgano se reorganiza, y las frecuencias y ritmo pasan a ser lo mismo; eso desactiva tu amígdala (que está buscando peligro en todo), hace que reacciones menos a las situaciones externas y te abre espacio mental para crear nuevas conexiones.
Dejas de estar “fragmentado” y, por ello, los beneficios anteriores se hacen evidentes. Es un tipo de meditación probada científicamente; hay más de 700 estudios realizados en 250 Universidades e Institutos en todo el mundo.
Además, grandes empresarios, como Ray Dalio, han adoptado esta forma meditativa; no solo para sí, sino también para su empresa. Para él este es el mejor regalo que uno puede dar a alguien; y yo no podría estar más de acuerdo, así que, aquí tienes….
¡Finalizó con un regalo especial!
Un video, con detalles adicionales, acerca de cómo la TM puede ayudarte a ser un mejor líder e incrementar tu éxito personal y profesional; su funcionamiento, en la práctica, y un breve ejercicio para que te permitas disfrutas la experiencia.
Aquí recursos adicionales:
1) Un océano ilimitado de la conciencia: respuestas sencillas a las grandes preguntas de la vida, Dr. Tony Nader
2) Marma Therapy, Dr. Ernst Schrott
“En ningún lugar encuentra el hombre refugio más apacible, más tranquilo, que en su propia alma; sobre todo cuando atesora aquellos bienes que, con una sola ojeada, nos devuelven en seguida la libertad del espíritu; lo que no es otra cosa que el estado de un alma bien ordenada. Concédete pues, constantemente, este descanso y rehazte con él”.
Marcus Aurelius - Meditaciones
Cada momento de nuestro día tomamos cientos de resoluciones; de hecho, para ser precisa, según estudios de la Universidad de Berkeley son alrededor de ¡35,000 decisiones al día!; y claro, eso requiere mucho de nuestro cerebro.
¿Te has preguntado alguna vez cómo es el proceso mental que seguimos al tratar de incorporar, por ejemplo, el ejercicio físico a nuestro día a día? Puede ser un reto, especialmente si aún no hemos desarrollado el hábito de hacerlo regularmente. Hay tantas cosas que considerar: el tiempo, si tenemos la ropa y los zapatos adecuados, el espacio físico disponible, los horarios y, por supuesto, cómo nos sentimos anímicamente.
Cada vez que tomamos una decisión, nuestro cerebro entra en una verdadera batalla entre dos sistemas importantes; por un lado, tenemos a la amígdala, encargada de evaluar los riesgos y proteger nuestra seguridad; por otro lado, a la corteza prefrontal que, inteligentemente, nos tranquiliza diciendo qué es lo mejor para nuestra salud.
Ese proceso complejo puede llegar a ser agotador, e incluso tiene un nombre: "fatiga de decisión”. Cuando tu cerebro está en ese estado, simplemente empieza a tomar decisiones más pobres, que a menudo son causa de conflictos personales, pérdidas financieras, pudiendo afectar incluso tu salud mental y emocional.
Pero hay algo que puede ayudar a evitar dicha fatiga: tomar un menor número de decisiones; lo que es posible a partir de modelos mentales, que te ayudan a pensar de mejor forma.
Hoy te compartiré uno de mis favoritos, que aplico hace algunos años:
UNA decisión que conlleva varias otras
Una forma muy efectiva para reducir el número de elecciones en un día, y evitar el conocido monkey mind, es establecer una decisión principal que abarque muchas otras decisiones menores.
Tomemos como ejemplo que desees mejorar tu físico; si tienes que decidir en cada uno de los aspectos que eso involucra, estarás monitoreando desde cómo alimentarte y qué ejercicios elegir, hasta a qué horas debes dormir, cómo reducir la ansiedad y controlarte durante el día, cómo decir NO a los amigos para no pasarte, etc.; el proceso puede ser abrumador. Cada una de estas decisiones, por sí sola, puede llevar a cientos de pláticas internas subconscientes y dejar tu mente en un constante estado de confusión.
Pero sí, al contrario, en lugar de "tener que” pensar en cada resolución por sí sola, simplemente “te decides” a ser saludable y disfrutar la vida manteniéndote activo, reducirás de forma importante el número de elecciones sin tener que pensar demasiado en ellas.
O sea, al optar por estar sano, no tienes que preocuparte tanto por rechazar ciertos alimentos, porque te será natural hacerlo.
Tu "única" decisión de ser saludable conlleva mil otras pequeñas decisiones, y sirve para que desarrolles cualquier hábito que desees.
“Don’t make a hundred decisions when one will do” - Jim Collins
Otra estrategia útil, que sirve para enfrentar dilemas complejos en el trabajo, es utilizar este modelo mental para enfocarse en la decisión más importante.
Por ejemplo, imagina que tienes que decidir si aceptar una alianza con una empresa que te ofrece mucho dinero y te posiciona como líder de la industria, pero que ha tenido problemas de integridad en el pasado. Esta decisión puede generar un debate interno interminable, con abogados evaluando la situación, el CFO imaginando los beneficios financieros y tú, como directivo de alianzas, pensando en el potencial de la empresa como líder absoluto del sector.
Es difícil tomar una decisión cuando esta involucra múltiples factores e intereses. ¿Cómo sería posible simplificar el proceso y reducir el esfuerzo mental, si hay argumentos tanto a favor como en contra?
Una solución muy efectiva es recordar cuál es la decisión más importante. En este caso, la verdadera decisión no es acerca del dinero, sino de si estarías dispuesto a trabajar con una compañía que evidentemente tiene una mala reputación en el mercado y que podría poner en riesgo tu propia cartera de clientes.
Al enfocar en la cuestión crucial y apoyarte, por ejemplo, en los valores de la compañía (“integridad, honestidad o poner en el cliente en el centro de todo”), evitarías muchas discusiones y pérdida de tiempo.
Como menciona Ray Dalio, en su libro The Principles, cuando se tienen las reglas del juego claramente definidas no es necesario dedicar tanto tiempo a pensar en la decisión.
Este es otro ejemplo donde UNA decisión conlleva varias, y hace la vida más fácil.
"Como líder, puedes simplificar el proceso de toma de decisiones, asegurándote de que todos los de tu equipo tengan claridad de los valores y principios de la empresa. De esta forma, siempre sabrán exactamente qué hacer y cómo tomar decisiones, incluso cuando no estés presente”.
¿Listo para ponerlo en práctica? Acá algunas preguntas para que reflexiones:
(Dedica algunos minutos a los cuestionamientos, y verás cómo simplificará tu año).
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